jueves, abril 30, 2009

"Mulholland drive", de David Lynch

Hace unas semanas vi "Inland Empire", el último largometraje de David Lynch. Tengo que confesar que me perdí: el personaje de Laura Dern, Nikki Grace, atravesó el espejo y yo, incauto conejillo, no fui capaz de seguir la estela de su recorrido. Quedé hipnotizado, eso sí, y aquella noche, al rato de acostarme, el grito desgarrador de la protagonista me arrancó de aquella pesadilla: no olvides: nos encontraremos otra vez, al otro lado. El mundo de Lynch.
Dejaré pasar el tiempo y volveré a ver esa cinta que, casualmente (malditas películas malditas), como cumplimiento de la amenaza anunciada se me apareció en el blog de El tiempo ganado: para más inri con dedicatoria incluida. No había duda. El encuentro postergado pero sin posibilidad de renuncia.
Decidí revisar "Mulholland drive", otra de las grandes películas de David Lynch (si hay alguna mala, aún no la he visto), pues como decía Francisco Machuca en la entrada mencionada de su blog: pero sí es importante saber que "Inland Empire" se sitúa allí donde podía terminar "Mulholland Drive".
"Mulholland Drive" empieza con el intento de asesinato de una mujer (en una carretera oscura un auto avanza: vemos las luces y el asfalto y ya se reconoce al autor), una tremenda gachí (Laura Harring) que se salva por poco pero que pierde la memoria en el trance. Su fortuito encuentro con la bondadosa Betty (Naomi Watts), que la acoge y la protege, propiciará la investigación de ese pasado velado, de las circunstancias que la llevaron al borde de la muerte. Esa típica intriga del cine negro, vista por el cristal azul y rojo neón de David Lynch se convertirá en una sucesión de personajes anómalos, perversos, deformes, mefistofélicos, que habitan parajes urbanos de pesadilla. Llegado el momento, cuando la trama parezca a punto de resolverse, el director dará un salto en el tiempo para explicar el asunto pero manteniendo, a su vez, el orden de los acontecimientos: no es fácil de explicar, por supuesto: lo genial nunca ha sido trivial. En el cine de David Lynch se concreta el arte moderno en el que la respuesta está siempre en el ojo del espectador que es al final el que debe interpretar el producto de su subconsciente.
Cuidado con este cine.
Vaya, parece que un enano vestido de rojo está llamando a mi puerta. Disculpen.

11 comentarios:

  1. Madre mía que pedazo de obra de arte. Cuando la ví no me enteré de nada y me encantó. Luego me dieron la clave que daría lógica a la película pero era demasiado tarde ya me había enamorado de ella. Qué momentazo cuando están los dos en el bar diciendo que había soñado con eso... y mil cosas más.

    Peliculaza.

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  2. Sé que existen unas claves que dio Lynch para saber qué hay detrás de todas esas puertas que va abriendo en la película pero ¿quién asegura que el las sabe de verdad? Lo mismo les echo un vistazo, pero sería como intentar resolver un crucigrama girando el diario para leer las respuestas.
    Mejor volverse un poco loco divagando ¿no?
    Saludos

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  3. No lo puedo soportaaaarrrrrrr!!!!! Habláis de la peli y yo todavía no la he visto, me muerdo las uñas sólo de pensarlo.
    Linch es un auténtico genio. ¿Con qué otro director puedes salir de cine completamente rendida aunque no hayas pillado ni la mitad?
    Bueno, yo lo pillo todo, por algo me llamo como me llamo je je.
    Bicos.

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  4. Mulholland drive es una de las películas que más me gustan de Lynch, junto a un hombre elefante o una historia verdadera o terciopelo azul. Sin embargo, Inland Empire se me antojó una rallada. Me pasa lo mismo con Kitano, Allen, Cronenberg o Wenders, que algunas cosas me chiflan y otras son mas infumables que las hojas de platano. Fui a verla simplemente porque me hizo gracia que el propio Lynch declarara que la empezó a rodar sin tener ni idea de lo que estaba haciendo. Como siempre, sigue a su bola; con sus ralladas visuales y sus paranoias opticas muchas veces geniales, pero hace algun tiempo da la impresión de estarse quedando sin buenas ideas donde explotar ese potencial, por eso "Inland Empire" no me convence nada, porque no es nada que no haya visto antes, aunque esté rodado en formato 35´´. Eso sí, hay escenas que dan auténtico pavor: la cara deformada del polaco bigotes cuando le dispara ¿Laura?, o la del tipo corriendo a velocidad de vértigo hacia la cámara, para algo es Lynch. Mulholland drive e Inland Empire: línea divisoria entre la obra maestra y la tomadura de pelo, que es a veces demasiado sutil...

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  5. Me gustaría leer tu crítica de Tiovivo c.1950

    Curiosete

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  6. Esta no la he visto pero hace dos semanas volví a ver Una historia verdadera y disfruté de nuevo como una cría...

    Lynch.. cuando me gusta, me encanta y cuando no... no lo soporto. No tengo término medio con él. Aún recuerdo la de Terciopelo Azul, uffff, me levanté y salí del cine a la mitad.

    Abrazos!

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  7. Entre tú y Francisco me habéis abierto el apetito para volver a verla. Este finde quizás. En cuanto a The Iland Empire, como dije en Francisco´s home, no la aguanté más de 10 minutos, por muy elogiada que haya sido por la crítica, la metalírica de Lynch esta vez me pareció desmesurada, una grillada personal, que está muy bien para museos contemporáneos en su sección de videoarte, pero para el cine me parece excesivo, soporífero. Hay que poner más seducción en el cine, como hizo en la mayoría de sus filmografía.

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  8. Lula Fortune: hay piezas de esta película que aún no he logrado encajar. También es parte de la gracia: que se joda el espectador, que se ponga a pensar.

    Babel: "Inland Empire" hay que volver a verla. No sería la primera vez que una película "infumable" te convence a la segunda. Creo que entra en esa categoría.

    Anónimo: nunca se sabe. Cualquier día de estos la veo porque a ciencia cierta no se muy bien de que va. Bueno, si es de Garci, me hago una idea: melodrama revival.

    Margot: ¿te saliste del cine en "Terciopelo azul"? Pues en cierto modo "Mulholand drive" se le parece. Bueno con "Inland Empire" ni lo intentes. Aunque nunca se sabe.

    Blanca: creo que has dado con la clave y con la idea que Francisco Machuca quería también incluir: "Inland Empire" y en gran medida la obra del propio Lynch, son una muestra de arte moderno, de vanguardia artística, de síntesis de formatos, y hay que contemplarlo como tal. Atravesar el espejo y abandonar toda esperanza de lógica. Bueno, o fumarse algo...

    Saludos a todos.

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  9. Puedo comprender cierto rechazo por parte de la mayoría del público ante la obra de Lynch,y también podríamos incluir a otros muchos directores.Estamos acondicionados desde hace ya mucho tiempo a ver la parte más superficial de la vida,es decir,una historia con un inicio,un nudo y un desenlace,lo cual está muy bien,pero si nos ponemos a pensar Luis Buñuel con Un perro andaluz le sucedió lo mismo y lo único que hizo fue introducir una cámara por primera vez en la historia del cine en el subconsciente del ser humano.El cine es un medio más de expresión artística y no comprendo por que la gente no lo acepta de vez en cuando.Es como pedirle a Francis Bacon,Dalí,Velázquez,de Chirico,Ernst,etc,que deje de pintar rayadas y que se dediquen a darnos imágenes convencionales.Incluso Edward Hopper,nos da la imagen de una américa de gasolineras,moteles, piscinas vacías,bares nocturnos de una manera hiperrealista,pero si observamos con atención nos está diciendo todo lo que hay implícito en lo que no se ve.El cine es una herramienta admirable,la única,diría yo,para entrar en unas dimensiones inusitadas.

    Gracias,mi querido amigo.

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  10. Yo, con respecto a Lynch, no tengo ninguna duda: la que más me ha gustado por ahora (no he visto todavía Inland Empire) es Mullholland Drive.
    Creo que es la historia que mejor encaja con su especial forma de entender el cine. Y la más brillante. Con esos personajes (fabricados al principio por la mente de uno de ellos)y los dos puntos de vista: el del director (que va apareciendo poco a poco) y el de la rubia (que lo distorsiona todo).
    Me encanta. ¿Obra maestra?

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  11. Me gustó Mulholland Drive y las películas de Lynch me atraen particularmente. Esa idea de darle vueltas a la cabeza, de que el espectador intente desentrañar lo que está pasando, aunque nunca llegue a saberlo con total certeza.

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