miércoles, agosto 01, 2007

"El Séptimo Sello", de Ingmar Bergman

El caballero cruzado que juega al ajedrez con la muerte, sentados ambos entre las rocas de la costa del mar Báltico, en un atardecer apacible que alarga las sombras e ilumina los rostros. Escena clásica de la historia del cine, perteneciente a una película que cumple ahora cincuenta años y que la identifica aunque no la explique por completo. El juego solemne, lleno de gravedad, imagen tan poderosa, oculta otra parte de la trama mucho más mundana que transcurre entre amores pastoriles y bufonadas de juglares: los dos lados de la vida, conformados por tristezas y alegrías, aunque en la película predominen las primeras.
El guerrero retorna a su hogar tras pasar largos años luchando en un conflicto bélico sin sentido. Su fe empieza a quebrarse al sentir cerca el final de sus días, atormentado en la duda de la existencia de Dios, presencia intangible e inalcanzable que quizá no se trate más que del propio miedo a la muerte. La partida sabida perdida de antemano, será una excusa para ganar tiempo e intentar dilucidar sus inquietudes.
Se presentan sin ambigüedades todos los sufrimientos causados por el ideal cristiano del medievo: las sangrientas cruzadas, la quema de herejes, el dolor extremo de los penitentes, la identificación de la peste con la maldición divina. Si tanto sufrimiento no encuentra su justificación en la contemplación de Dios tras pasar el umbral de la muerte ¿de qué ha servido todo? Así, el escudero será el contrapunto pragmático y realista, como siempre, al ideal caballeresco: después no hay nada.
El director/escritor sueco plantea en esta película los problemas derivados de la fe más acusada con mano maestra, desde el profundo conocimiento de la religión y sin remilgos a su historia más cruenta. Murió hace dos días. Ya tiene la respuesta.

7 comentarios:

  1. Me gusta ese realismo nórdico sobre las cosas, la verdad sin tapujos, sin cuento. Lo profundamente que estudian los sentimientos humanos, y Bergman era un el mejor.

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  2. Muy buena forma de recordar a este director con uno de sus films más atractivos a pesar de lo alegórico explícito de su trama no deja de sorprender por su hermosa fotografía. Saludos!

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  3. Y luego dicen que es una película difícil de entender. La próxima vez que alguien me diga eso, le remitiré a este post. La explica usted divinamente.

    Y como sugiere Budokan, no solo es un film interesante a nivel filosófico porque visualmente también está a la altura de su elevado discurso. Vamos, lo que se dice una obra maestra.

    Un saludo!

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  4. Así se forma el cinéfilo. Si se
    desarrolla la mirada fílmica es imposible aburrirse con El Séptimo sello. Nada de calificarla como lenta, demasiado intelectual o pasadista.

    Otro punto es que el cinéfilo tenga sus preferencias y que la complejidad bergmaniana no le atraiga. Punto que expresa ciertas carencias, porque la filmografía de
    Bergman es clave para entrar a esa antimetafísica, ese escepticismo desgarrado en blanco y negro. Luego vendrían sus films a color con la tónica intimista y la angustia de sus personajes.

    Vi hace unos días en Eurochannel un especial sobre la cinematografía sueca donde hacen un recuento de sus producciones, y mostraban filmaciones de tomas, opiniones (lástima que no hubiera una entrevista a Bergman, o es que eso les iba a tomar una buena parte del especial) y cuando llegan al punto de los cineasta noveles, cuentan que ellos se han desprendido de la reverencia a Bergman. (¿Sucedáneos de la simplicidad hollydense?)
    Sin embargo interviene otro realizador (tengo que ver otra vez el especial, estaré alerta para cuándo lo repiten porque quiero saber quién es el realizador que no armoniza con la movida comercial en Suecia) quien dice que hay proyecciones interesantes de los jóvenes directores. Lo que los echa a perder, es que no quieran ir más lejos, que no apunten al esfuerzo para mayores logros. Algo más profundamente realizado.

    Esa crítica me habla de de lo que es hacer cine con la mirada desarrollada hasta el máximo, o potenciado lo máximo. Cine CINE.


    Grandes salutes, Licantropunk.

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  5. blanca: a mi me ha sorprendido la claridad del relato. Me ha maravillado lo sencillamente que se explica la trama, como esos autos sacramentales que se representaban en los pueblos en la edad media.

    budokan: muy hermosa fotografía. Dominio absoluto de la luz y de la sombra.

    deckard: gracias. Una obra maestra, coincido plenamente. Solo ver la sublime interpretación de Max Von Sydow vale el precio de la entrada.

    rain: esta película no me parece compleja, creo que esta muy bien explicada, como los murales de las catedrales. La escena final con la muerte llevando la cuerda de las almas: como la de la Santa Compaña, totalmente imbrincada en el imaginario popular a lo largo de siglos.
    La cinefilia o perder el miedo a ver cine. No se puede perder la referencia a obras como esta. Seguro que en la actualidad harían una imagen digital de la muerte con una guadaña de dos metros cortando la cabeza de Antonio Block. Sin embargo, La sencillez del personaje de Bengt Ekerot es sobrecogedora.

    Saludos a todos.

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  6. Bergman, también de los que me hicieron "daño" jeje. Hasta cuando escribía...

    Pero el Séptimo Sello la tengo pendiente. Me abruma a pesar de haber visto su comienzo dos veces.

    Ya llegará el momento.

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  7. Hablaba d ela complejidad bergmaniana. Sí, Licantropunk. El Séptimo sello no es compleja. Tampoco diría que es muy sencilla.
    Conversando sobre este film, hay quienes cuentan que se han sentido abrumados por su simbología y atmósfera. Bien, no me sucedió eso al ver este film. Simplemente me dejó cautiva de sus imágenes capitales y de lo que traían con ellas...


    Salute.

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